La historia de Oh Ke Coshitas Pau

Paula Chavarro, de 41 años, es colombiana y llegó a España hace 21.

Ella comparte sin recelo que la razón de crear su propio negocio, nació por una enfermedad. Porque siempre fue muy activa y de repente tenía mucho tiempo libre. Porque sus hijas la enredan siempre y hacen que surjan las cosas. Porque su marido preguntó a un amigo cómo podía participar en Mercadillos y la animó a presentarse a las ferias de artesanos.

Esta es la historia de una mujer que no quiere irse a dormir por las noches porque quiere seguir tejiendo, y hacerlo desde casa, junto a los suyos, es lo que más la llena de felicidad.

La historia de Paula y Oh Ke Coshitas Pau

¿Cuándo empezaste a crear este proyecto?

Hace cosa de año y medio, que fue cuando abrí mi instagram y comencé a recibir pedidos.

Yo llevaba 9 años trabajando en una empresa cárnica y mi trabajo era muy monótono. En una línea de producción en la que llegas por la mañana, trabajas a 3 grados de temperatura con mucha ropa encima, botas de seguridad, y estás todo el día en una cinta haciendo el mismo movimiento.

Bueno, no me podía quejar porque tenía un buen sueldo que me permitía dar una calidad de vida mejor para mis hijos, pero claro, mi calidad de vida era pésima.

Con tanto estrés, los nervios, el frío… Fue un cúmulo de cosas que derivó en la parálisis facial que tuve hace 5 años. Desde entonces he ido hacía atrás, yo que siempre he sido una persona tan activa, me di cuenta decque se me estaba yendo la vida en un trabajo y me parecía mentira, que un trabajo pudiera jorobarme la vida por completo.

Tuve que tomar la decisión de si continuar o no con mi trabajo estable, que me daba un buen sueldo pero eran muchas horas, con poca vida familiar. O por otro lado podía estar en casa cuidando de mi familia, teniendo menos dinero pero ganando en calidad de vida. Pensé: “si a otras personas les funciona, ¿por qué no va a funcionarme a mí?

Hice caso finalmente al neurólogo y cambié de vida. En los 21 años que llevo aquí en España, he trabajado en limpieza, en mensajería, de camarera…he hecho 50 mil trabajos habidos y por haber. Pero realmente lo que a mí me gusta es esto, poder ser mi propia jefa. Que yo pueda gestionar mi tiempo de trabajo.

Al verme con tanto tiempo libre al dejar el trabajo, decidí que esto sería mi proyecto de vida.

Y poco a poco me fui metiendo y a base de tejer y destejer he ido aprendiendo. Nunca he ido a una clase de crochet, ya que vivo en un pueblo en el que solo hay 4 autobuses y si salgo… a ver cómo vuelvo. Me tocó ver muchos vídeo-tutoriales, y siempre he sido autodidacta. Para mí youtube es la ventanita que yo abro y decido qué me apetece aprender cada día.

Por supuesto tengo un horario: me levanto y cada día tengo únicamente media hora para meterme en internet, no me permito más porque internet nos quita demasiado tiempo. Reparto la jornada laboral de 8 horas entre la mañana y la tarde. Si no me autoexijo yo, no hay manera de que pueda surgir nada más allá de lo que hago, y yo quiero que sea algo más que venir a un mercadillo.

¿ Cuáles fueron los primeros pasos para crear tu propio negocio ?

Ocurrió gracias a mis hijas, ellas siempre me enredan y luego acaban surgiendo cosas. La mayor estaba estudiando informática, y tenía que hacer un catálogo. Como yo hacía broches de fieltro, tomamos fotos y ella presentó este trabajo como si fuera para la firma “Oh Ke Coshitas”, y ahí nació por primera vez como marca.

Mi hija la mediana, Manuela, es la que me lleva las cuentas, porque yo cobro con el corazón y mi hija cobra con la cabeza. Ella dice que yo cobrando con el corazón, siempre voy a ser pobre, porque soy muy mala comerciante.

Por tanto, la mayor es la que me gestiona las cosas por internet, y la mediana me asesora económicamente, y si hay un pedido o cualquier cosa, ella es más cerebral para gestionarlo, porque yo lo regalaría todo, porque siempre recuerdas más una cosa que has regalado. En 2 años habré olvidado en qué tienda he comprado lo que llevo puesto, pero si tú me regalas algo, que está hecho a mano, siempre me voy a acordar de quién me lo regaló y el día.

Pienso que las cosas tienen más significado si están regaladas y hechas a mano.

Hace cosa de un año y medio, creé la cuenta de instagram, aunque yo soy muy negada con la tecnología y solo manejaba el facebook, pero mi hija me dijo “hazte un instagram, toma fotos de lo que haces, que si a alguien le gusta lo podrá comprar”. Entonces, empecé subiendo cosas y recibí pedidos.

También hacía scrap, porque me ocupaba mucho la mente, ya que sigo en tratamiento con la parálisis facial y así no pienso en ello y estoy tranquila y bien. Como digo hacía álbumes en scrap y libros de firmas para comuniones y bodas. Vi que se iban vendiendo y pensé, bueno, otra cosita más para Oh Ke Coshitas.

Háblanos de tu identidad corporativa, ¿cómo escogiste el nombre y el logotipo?

Yo no conozco el País Vasco, pero soy una enamorada del norte. He estado únicamente en Galicia y me encanta. Siempre me ha resultado curiosa la manera de escribir en Euskera. Quise añadir eso a mi marca y por eso el “qué” está escrito en euskera “ke”, haciendo un guiño al País Vasco, que no conozco y espero conocer.

Cuando empecé con este oficio, hacía collares con trapillo, pendientes…y aprendí a trabajar el alambre. Cada vez me iba interesando más pero eran muchas cositas, no tenía enfoque en una sola cosa y tampoco quería centrarme en una sola, por eso lo llamé “Oh Ke Coshitas Pau”, porque como hago tantas “cositas”, quiero que todas estén englobadas en el nombre sin que sean algo más concreto.

Ahora últimamente sí que me dedico más al tema del ganchillo, y estoy un poco más centrada en eso, en hacer chales, muñecos, tejidos…

El logo que tengo lo hizo una artesana que conocí por instagram que se llama “Spain Carvin” y hace sellos a mano. Es una artista tremendísima. Le dije que quería tener un sello con una muñequita que llevara gafas como yo. Y aunque era más fácil y más barato mandar a imprimir unas tarjetas, ya que yo estoy intentando vivir de mis cositas, quería también que otros artistas como yo fueran los que dieran forma a mi marca. El logotipo nació entonces así, con el trabajo de otra artesana y por lo que siento por Euskadi.

Siempre me han dicho que es un nombre muy largo para recordar, pero bueno para mí tiene sentido.

¿Qué aconsejarías a  esas personas que se encuentran en los primeros pasos para crear su propia marca?

Hay que insistir mucho y no tirar la toalla. Si las cosas nunca salen a la primera, siempre saldrán a la segunda o tercera. Conocerás a personas y verás que es real y que funciona, y a ti también te puede funcionar.

Pero la cosa está en no tirar la toalla y luchar por lo que quieres.

Todo puede verse en Youtube, hay tejedoras que empezaron con uno o dos vídeos y ahora tienen sus libros. Te das cuenta cuando las sigues desde hace años, que dan pasos lentos pero muy grandes a la vez y ves cómo han pasado de hacer una bufanda y enseñarte un punto a que sean un referente para otras personas en el mundo del ganchillo.

No tirar la toalla, si no sale a la primera saldrá a la segunda o a la tercera pero salir tiene que salir.

Yo hubiese dejado antes el trabajo. Debería haberme ido muchos años antes. Porque fueron 9 años de mi vida que pasaron como en standby. Hubiese creído más en mí, porque cierto es que no me lo he creído hasta que he empezado a ir al primer mercadillo o cuando te das cuenta de que estás vendiendo. Que la gente te pregunta sin ser tú la que estás sola al otro lado.

Yo empecé en los mercadillos porque mi marido tiene un amigo que hace figuras con pixeles de plástico y cuando le despidieron del trabajo se empezó a dedicar solo a esto, y lleva 5 años viviendo de ello.

Entonces un día me dijo mi marido: “pero Paula, si a Alberto le funciona, le voy a preguntar cómo es el tema de los mercadillos”. En la primera convocatoria que eché para un Market no me cogieron, pero la segunda vez como ya hacía más cosas sí que tuve más suerte. Cada Market es diferente y hay que ver bien siempre dónde están ubicados. Muchos encargos me llegan de personas que me han visto en las ferias, que me piden la tarjeta y luego me escriben. Es cierto que te ayuda mucho a darte a conocer.

Hubiese creído más en mí, porque cierto es que no me lo he creído hasta que he empezado a ir al primer mercadillo o cuando te das cuenta de que estás vendiendo.

¿Cómo te sientes en tu día a día en tu negocio? Recomiendas emprender¿?

Yo me levanto super contenta, porque sé que empieza mi rutina, y estoy con mi familia. El poder trabajar desde casa, poner mi música y ponerme en mi sitio de trabajo, es demasiado satisfactorio y me llena de alegría.

Me he dado cuenta de que a nivel económico al principio cuesta, pero me ha aportado mucho a nivel personal, es mi aliciente de levantarme todos los días.

La parálisis facial, me creó una depresión, que yo no sabía que tenía. Y para mí esto ha sido mi terapia también y le tengo amor a lo que hago. Es lo que me llena de energía por las mañanas y siempre por las noches me voy a dormir pensando, “tengo que terminar esto de este muñeco o tal otra cosa”.

Ser mi propia jefa a día de hoy no lo cambio por nada, no tiene precio. Te puedes acostumbrar a vivir con poco. Yo me he acostumbrado a vivir con el paro, en el que te quitan un porcentaje muy alto de tu sueldo. Y cada vez voy teniendo una vida más austera y aunque tengo menos, vivo mejor.

Te puedes acostumbrar a vivir con poco. Yo me he acostumbrado a vivir con el paro, en el que te quitan un porcentaje muy alto de tu sueldo. Y cada vez voy teniendo una vida más austera y aunque tengo menos, vivo mejor.

A veces hasta me cuesta irme a dormir, porque estoy tejiendo y no quiero parar, siempre pienso: “venga la última vuelta, venga la última vuelta”, pero me encanta mi trabajo y me cuesta dejarlo para irme a dormir. Yo esto no lo cambiaría por nada.

Háblanos de los famosos Amigurumis

Yo empecé con el trapillo y al final me cansé de hacer alfombras, tengo en mi casa alfombras por todos lados.

Un día pensé entonces en hacer un muñeco…si tú vieras mi primera muñeca….mi marido dice que da mucho miedo. Yo al principio no sabía el significado que en realidad tienen estos muñecos.

Un día me metí muy de lleno y aprendí a leer patrones, busqué lo que significaba Amigurumi y encontré que venía de la cultura japonesa Kawai, y me di cuenta de que no solo es un muñeco tejido, sino que tiene un significado mucho más espiritual y personal.

Los japoneses cuando regalan un Amigurumi, están regalando un amigo, un amuleto, un compañero de viaje. Tú puedes ir a una tienda y comprarte un peluche, pero de ese peluche hecho en serie hay 80 mil. En cambio cada Amigurumi, aunque sigas el mismo patrón nunca te va a quedar igual. Cada muñeco es diferente y tiene un alma, un espíritu que te regala buenas energías.

La gente en oriente los utiliza como compañeros en las oficinas y en sus casas. Yo desde que conocí esto me enamoré. Y en el mundo de los Amigurumis hay un gran submundo, los hay de miles de tipos.

También sigo haciendo otras cositas como accesorios: chales bufandas, pulseras, collares, gorritos para los niños y guantes o manoplas. Como decía mi madre “como buena colombiana recursiva siempre”.

¿Qué te gustaría para el futuro de Oh ke Coshitas Pau?

Me gustaría poder poner una tienda, pero más que para poder vender, para enseñar. Poder tener un espacio en el que la gente pueda entrar y pueda aprender de manera gratuita…ya ves que soy muy mala comerciante.

Pero sí, enseñar a tejer, porque a mí me hubiese gustado tener a alguien al lado para preguntar: “Oye este punto cómo se hace, cómo llego hasta aquí…” y me tiraba semanas enteras de tutorial en tutorial hasta que entendía esa parte del patrón.

A veces hago vídeos y los mando por whatsapp a mis amigas o familia. Así que sí, me gustaría poder tener una tienda física para poder enseñar, y esto sé que lo voy a hacer, está clarísimo.

También me gustaría tener un blog en el que pueda contar mis cosas y mi experiencia y el por qué de las cosas que hago. Yo pienso que en esta vida nada pasa por azar y me gustaría que la gente supiera por qué yo hago estos Amigurumis, cómo llegaron esos muñecos ahí.

Tengo un cuaderno donde voy apuntando todo, no puedo depender eternamente de mis hijas y tengo que aprender a manejarme sola. Si aprendí a tejer que es tan difícil, puedo aprender a manejarme con el ordenador y en ello estoy.

Esto es un sueño y un proyecto de vida. Poder vivir de lo que yo quiero, para mí, ya no quiero nada más. Y quiero que se materialice esa realidad. Que yo pueda decir ésta es mi marca, mi registro mercantil, todo.

 

Si quieres saber más sobre Paula y Oh Ke Coshitas, puedes encontrarla en instagram  y facebook

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